Cuando tus creaciones tejen su propia historia
Mari Carmen es una estudiante que pasa sus noches tejiendo adorables Amigurumi sin sospechar que, entre ovillos y agujas, está dando vida a algo más que muñecos. Un relato entrañable, mágico y lleno de humor que te hará mirar tus creaciones con otros ojos.
Mari Carmen, estudiante de diseño, había cambiado las fiestas universitarias por tardes de café y ganchillo. Mientras sus compañeros explotaban redes sociales, ella tejía pequeños seres de lana: zorros con bufandas, gatos pensativos, un cactus con sombrero y hasta un pulpo con ocho sonrisas.
Una mañana, su rutina cambió. El cactus apareció encima de la cafetera con un cartelito diminuto: “¡Más café, menos drama!” Desde entonces, comenzaron las bromas: muñecos que aparecían dentro de su mochila, bufandas que se tejían solas durante la noche, y fotos misteriosas en su móvil donde los Amigurumi posaban como si tuvieran su propio Instagram.
Una madrugada, Mari Carmen los descubrió reunidos bajo la lámpara del escritorio, organizando lo que parecía una junta secreta. El cactus presidía la reunión. La conejita tocaba el violín. El gato repartía tareas. Ella no se asustó. Sonrió.
Y comprendió que la magia de tejer no estaba solo en las manos, sino también en el corazón. Desde entonces, sus Amigurumi viven con ella... literalmente.
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